En mi clase trabajamos en equipo, y eso, inevitablemente,
implica que los estudiantes hablen entre ellos. Y ese es, precisamente, uno de
los objetivos que tengo a la hora de realizar este tipo de agrupamiento.
El problema viene cuando el volumen se eleva tanto que
llegamos a molestar a los de la clase de al lado, o que se generen discusiones
entre ellos por no respetar las opiniones de los demás.