Quizá parezca que
un llavero tiene poco que contar, pero el llavero de mi casa, concretamente,
tiene historia.
Para empezar a
contarla debo remontarme a diciembre de 2014. Hace exactamente tres años ahora,
mi hijo de 4 meses entonces y yo buscábamos calorcito en casa de los abuelos. Y
el refugio era tal, que estuvimos allí casi dos años.
Pero en este año
2017, allá como por marzo, mi hijo (esta vez con dos años y medio) y yo, esta
vez queríamos construir nuestro propio refugio y crear un calorcito de hogar
que fuera completamente nuestro.
Éramos valientes
y nos atrevimos con nuestro camino “en solitario”. Así fue como vinimos aquí, a
esta casa desde dónde hoy escribo esto.
Una casa vacía completamente,
preparada para llenarse de nuevos momentos, de generar nuevos recuerdos y lista
para recogernos cada día.
Mi miedo era, sin
duda, que mi hijo quisiera vivir aquí, cambiar su habitación en casa de los
abuelos para tener una habitación en SU CASA. Así que, el primer día que entró
por la puerta, yo no podía dejar de mirar sus reacciones.
Entró y recorrió
el pasillo expectante. Miró de reojo hacia las habitaciones, el salón, la
cocina… y al llegar al cuarto de baño:
-
¡es
azul!
Si, efectivamente. Nuestro cuarto de baño era azul de pies a cabeza, si es
que un baño tiene pies y cabeza. Azul el suelo, azul las paredes, azul…
Esa noche no dormimos en nuestra nueva casa, aún estaba vacía. pero mi hijo
y yo tuvimos una conversación:
-
¿sabes?
La casa dónde hemos estado hoy va a ser nuestra nueva casa.
-
¿qué
casa? ¿la casa azul?
Me gustó tanto ese nombre… “la casa azul” nuestra casa era “la casa azul”.
Y ese nombre se quedó para siempre.
Una casualidad maravillosa me hizo encontrar, unos meses después, una
tienda que se llamaba “la casa Azul”.( que podéis ver pinchando aquí) No pude evitar contactar con ellos para
contarles que su tienda tenía el mismo nombre que mi casa, y así explicarles
que había sentido una sensación especial al encontrarles.
Continuando con las casualidades, esa tienda vendía unos llaveros con la
palabra ilusión, y uno de los colores, es, como no, el azul.
Las llaves que abrían las puertas de mi casa azul no podían tener otro
llavero que no fuera el que vendía la tienda azul, así que no dudé en encargar
uno.
Pero la sorpresa fue aún mayor cuando descubro que
el 100% de los beneficios obtenidos con la venta de esos llaveros van
destinados a la fundación “JuegaTerapia”, que tiene como lema: “Jugando, la
quimio se pasa volando” (Podéis ver más acerca de este tema pinchando aquí)
La historia del llavero de mis llaves es esta.
Es ilusión por abrir una puerta hacia un nuevo
proyecto, es ilusión por conseguir que otros niños como mi hijo, que no gozan
de la salud que se merecen, puedan disfrutar de su infancia como es debido.
Es ilusión por apoyar a los pequeños comerciantes
que ponen su cariño en cada envío.
Es ilusión azul
Me muero! Qué historia más bonita tiene tu casa!! Dónde se pueden comprar los llaveros?
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